Como lo prometido es deuda, no voy a dejar de escribir en el blog. No se con qué asiduidad lo haré, pero no lo voy a dejar. Y voy a empezar con una entrada que me merezco :M. No, en serio, han pasado cosas estos días, cosas que me han hecho reflexionar principalmente sobre la imagen que transmito de mi mismo. Creo que mucha gente no es capaz de captar la sutileza de lo que verdaderamente opino sobre mi mismo, así que en ello voy a basar esta entrada.
En primer lugar me gustaría aclarar que puede que parezca que no me valoro y eso es porque odio todo lo que huela a soberbia, a creerme mejor que nadie o a no aceptar mis limitaciones. Eso no quiere decir que de la creación de la que estoy más orgulloso sea yo mismo. Podría definirse un poco como un padre exigente, conozco perfectamente mis logros, mis aptitudes, mis cosas buenas, pero también se que soy mi mayor crítico ya que no quiero quedarme así, quiero mejorar.
Obviamente se que en cuestiones de inteligencia y conocimientos estoy por encima de mucha, muchísima gente, pero prefiero mirar arriba, ver a todos los que son mejores que yo, y así poder aprender de ellos y crecer yo también. Que miremos a las estrellas no quita para que no valoremos el suelo que pisamos.
Soy consciente que me hago querer por mucha gente, no se si les transmitiré confianza, serenidad, o simplemente simpatía, sólo se que es así. Si, hay algunos que no me tragan y casualmente son los mismos a los que no trago yo y eso es porque hay ciertos tipos de personas con las que no comulgo y nunca lo haré.
Soy raro. Espera... SOY RARO, y me encanta. No me gusta la normalidad, es aburrida. Soy raro entre los raros y eso es lo que me acerca más aún a ser único. Y no, no me avergüenzo de ser así. No quiero ser como los demás, me gusta mi personalidad, me gustan mis gustos, me gusta cuando mi férrea convicción en algo me lleva a hacer o dejar de hacer cosas que considero buenas o malas, respectivamente. No necesito pertenecer a un grupo grande, de hecho me sobra, no necesito que una masa me diga cómo debo pensar ni quiero hacer que una masa piense como yo.
Considero que una de las cosas más importantes que debe aprender el ser humano es que todos, todos, debemos tomar nuestros propios caminos, con libertad. Que si otra persona piensa diferente a ti no tienes porqué tratar de convencerla, pero debes respetar su opinión porque una de las cosas más valiosas y costosas del mundo es una opinión, sea tuya, o de cualquiera.
Aunque cueste creerlo a veces, tengo una fortaleza brutal. Sin quererme a mi mismo no habría llegado dónde estoy. De hecho no creo que hubiera "estado". Me gusta racionalizar todo lo que ocurre en mi interior. Soy, ante todo, racional, mi maravilloso cerebro me hace ser así. Es capaz de racionalizar cada segmento de realidad para tratar de entenderla.
Puede que la parte que menos me guste sea mi aspecto físico, pero realmente no es tan malo, incluso yo diría que soy más que aceptable. No soy un adonis musculoso y fornido, pero tampoco quiero serlo. No quiero ser una de esas personas con "cara pisada" y grandes musculitos. Prefiero ser Yo.
Mis capacidades científicas e informáticas también han sido muchas veces dignas de alabanzas. Aquí es donde más puedo discrepar pero es que a mi no me vale solo con ser bueno, en esto no, porque se que aún tengo mucho potencial. Muchas preguntas que responder, mucho que aportar al conjunto de la humanidad, y quiero hacerlo porque si no me sentiré decepcionado y mientras pueda mejoraré. Hoy un compañero me decía "Un día, tú tendrás un Doodle". No puedo prometer que lo intentaré, pero intentaré intentarlo.
Mi voluntad de hierro es algo que valoro mucho de mi mismo pero, si hay algo que deba considerar como mi cualidad, mi talento, mi especialidad, no sería la ciencia, ni la informática ni nada tan sencillo. Sería mi capacidad empática que me permite observar los comportamientos de la gente, entenderlos tan bien que a veces asusta. A veces me gustaría equivocarme, pero las deducciones... suelen estar basadas en demasiadas evidencias. Y es irónico que esto sea mi cualidad, ya que realmente no me gusta la gente, la gente en general. Si me gustan las personas, pero no la gente.
Y hay una cosa de la que también estoy muy orgulloso y que no es de mi mismo. Y son mis amigos. Mi peculiar definición de amistad no me permite añadir a muchas personas en esa lista pero se que los que hay son los mejores que podía haber y cada día que pasa me lo demuestran. Se que he influido bastante en sus vidas y, aunque puedan opinar lo contrario (que no creo), considero que les gusta el resultado. Yo desde luego no les cambiaba por nada. Gracias por estar ahí, siempre.
He extendido mucho este post, y como otras veces, me han faltado cosas por expresar. Simplemente quería dejar constancia, que aunque no lo parezca si que me enorgullezco de mi mismo pero no quiero convertirme en el tipo de persona que odio. Me he ido construyendo piedra a piedra, tropiezo a tropiezo y creo que soy una gran persona, alguien de quien me conozca se pueda enorgullecer de haberse cruzado conmigo.