Las madres son todas unas hipócritas. Es alucinante obsevar como te comes las brocas hasta de cosas que no has hecho. Y luego cuando alguien "de fuera" hace cosas que están mal es maravilloso, no solo no pasa nada sino que además, a veces, incluso se les felicita.
Y la situación no cambia al crecer, sigue completamente igual. No tienen ni tan siquiera la decencia de darse cuenta que ya no te pueden dar gato por liebre. Que ya sabes que te echan la bronca sin motivo. Que te tratan de manera diferente al resto de la gente.
Pero no se te ocurra decirle nada, que encima "la estas atacando" y ya empieza con el "Pero ¿qué te pasa? que vienes que no se te puede decir nada" cuando te lo está diciendo a gritos y tu se lo has dicho calmado. Y al final acabas por sentirte mal tu, ni más cojones. Es que me enferma, en serio, pero mi madre lo sigue haciendo. Igual que todas las madres, da igual la edad que tengas. Te siguen viendo como al criajo que eras de pequeño y nada, a seguir con su juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario