1 de junio de 2009 (aproximadamente), la central de París se prepara para recibir a un lesionado Rafael Nadal, que sale en busca de superar los octavos de final, aunque a penas pueda correr. Al otro lado aparece un Robín Soderling sin nada que perder y todo por ganar.
El partido se desarrolla de manera extraña porque, aunque está lesionado, el campeón logra ganar un Set igual que ha conseguido superar varias rondas para llegar a los octavos. El público aclama cada punto de Sodeling y pita los de Nadal.
Al final, la lesión, el público y el juego del sueco consiguen por doblegar al tetracampeón de Roland Garros. Al final Soderling logró llegar a la final que perdió contra Roger Federer consiguiendo que éste recuperara el número 1 mundial y alcanzara el Grand Slam ya que la copa de los mosqueteros era la única que le faltaba de los 4 grandes.
Un año ha pasado desde esos acontecimientos y hoy 1 de Junio de 2010 Roger Federer ha caído en cuartos de final ante Robin Soderling. Un Nadal imbatible en tierra batida renace por el otro lado del cuadro. Sólo se podrían encontrar en la final.
Esa final, dificil de alcanzar para Nadal ya que debe vencer a Nico Almagro en 4º y, probablemente, a Djocovic en semis, representa muchas cosas para Rafa.
Lo primero y más importante cobrarse la venganza contra el que le privó de la 5º victoria en el torneo dónde nunca había perdido un solo partido. Recuperar el trono de un Grand Slam que es suyo por derecho. Alzarse con todos los trofeos grandes de tierra batida del año habiendo ganado los 3 Master 1000 y el ansiado Roland Garros. Y esta eliminación de Federer también le permitiría recuperar el número 1 mundial que perdió en la misma cancha donde se lo jugará de nuevo.
Esta vez la historia es distinta, Rafa esta muy lejos de la lesión que le separó de las pistas tanto tiempo. Ha vuelto a ser el mejor en tierra. Y si, como hemos comentado hay que llegar, ambos tienen que llegar, pero la venganza es un plato, que se sirve frio, y Nadal lleva mucho tiempo esperándolo. Hay que bajarle los humos a un jugador que nunca llegará a superar a los mejores salvo en momentos de flaqueza de éstos.
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