El tiempo. La 4º dimensión de la realidad. Tan veloz. Difícil de entender. Sólo nos movemos en lo que llamamos "presente", el pasado ya no está y el futuro podemos conocerlo con un error aproximadamente igual a infinito cuanto más te alejes del momento presente.
Todo este rollo metafísico, que volveré a soltar cuando analice el tiempo por separado, es para decir que el tiempo cada vez pasa más rápido. Ya pasó abril, y casi ni lo hemos visto. A un paso están ya los exámenes de final de curso. El propio curso se acaba dentro de 30 días. El temido verano está a la vuelta de la esquina.
No da tiempo ni a decidir, si dejas algo "para mañana" ya no te da tiempo. ¿Qué hacer? ¿Qué pensar? ¿Qué decir? De pequeño parecía todo tan fácil...
A ver si con la llegada de mayo "florido y hermoso" se quitan las bobadas de abstemias primaverales y leches. Que no valen para nada, sólo para joder y que llevan todo el maldito mes tocando las narices, y lo que no son las narices.
Pues eso, que el tiempo pasa muy deprisa, a nada que te descuides se pasa tu oportunidad y ya no pasa más, no espera a nadie y, bueno, la vida es muy muy corta y sobre todos sus cosas buenas.
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