Este va a ser otra de esas entradas polémicas (que luego no lo son tanto). Así que si alguien va a sentirse ofendido, que no lo lea. Yo lo aviso al principio, que luego no me digan.
Como deduciréis por el título voy a hablar del imperdonable retroceso legal que ha cometido recientemente el ministro de injusticias Gallardón. Esa "nueva" ley del aborto que no tiene precedentes desde tiempos previos a la Transición y que, aunque mucho se anunció en su momento, se ha aprobado en un mutismo propio de gente que sabe que no está gobernando para la mayoría, sólo para los intereses de unos pocos que tienen tan poca cultura y tan poca cabeza que no merecen ser considerados como parte de una sociedad nuestra Era.
El aborto era un concepto que, yo al menos, ya creía "superado". Superado en el sentido de que la sociedad entendía y aceptaba lo que conllevaba esta durísima decisión pero que entra dentro de los derechos de las mujeres. Aceptado y normalizado. ¿Por qué removerlo? Pero sobre todo, ¿por qué volver a una legislación que, además de ineficaz, es altamente denigrante y peligrosa? Por ideas que no tienen ni pies ni cabeza.
Me resulta especialmente vergonzoso que aquellos que más han forzado esa estúpida decisión sean las "personas" que menos tienen que decir sobre asuntos de paternidad, las altas esferas de la "santa" iglesia católica (sí, lo he puesto con minúscula a propósito, cuando esa secta se merezca mayúsculas, se las pondré). Esos mismos que tienen prohibida cualquier relación carnal con una mujer son los que más derecho creen que tiene para hablar de esos asuntos... Muy bien, si señor, muy bien.
Para aprobar esta nueva ley, se ampara el gobierno en una cuestión de "derechos del no nacido". Derechos que, por lo visto, los nacidos no tenemos. Porque ¿qué derechos va a tener ese niño cuando venga al mundo en un país donde no tendrá qué llevarse a la boca? Si tiene la desgracia de sufrir una discapacidad ¿quién va a garantizarle el acceso a la ayuda que necesite? Y lo peor de todo ¿cómo pueden tener la desfachatez de comparar un aborto con la violencia de género? Si a todos esos mal paridos, que es lo que son, les hubieran abortado cuando aún estaban en el vientre de sus madres, otro gallo nos habría cantado.
Sobre estos mismos derechos del no nacido, surge el muy alardeado últimamente, "derecho a la vida". Que todos esos que dicen defenderlo, están confundiendo con una obligación de vivir. Eso es lo que están haciendo, obligando a vivir a todos los seres humanos que sean concebidos y eso es una de las mayores atrocidades que se pueden cometer, y lo seguirá siendo siempre que no se garantice el derecho a una vida DIGNA.
Yo no apoyo el derecho a la vida, no, no lo apoyo. Apoyaría que se garantizase el derecho a una vida digna, y eso implica tanto que se permita no nacer a aquellos que no se les pueda garantizar esta dignidad, como el derecho a abandonar este mundo a todos aquellos que no deseen permanecer en él.
Y es que el derecho de una madre a abortar, no implica una obligación de hacerlo. Implica, como su propio nombre indica, un derecho. La capacidad de decidir si quiere traer al mundo a un nuevo ser o no. A ver si repitiéndolo... Una libertad no implica una obligación, poder decidir libremente si haces algo o no lo haces no quiere decir que lo tengas que hacer. De hecho, con la ley anterior se redujo el número de abortos, y era más permisiva que la anterior.
La gente es, o debería ser, lo suficientemente inteligente como para decidir libremente y aceptar las consecuencias de sus actos. No quiero que en este país, ni en ningún otro, a ser posible, se tengan que escuchar cosas como "es mejor que nazca y tirarlo al contenedor".
Yo, por suerte, nunca he tenido que tomar una decisión como esa, pero las veces que he imaginado qué haría si tuviera que tomar una decisión me ha parecido algo tan duro, tan difícil. Una de esas decisiones que te marcan la vida para siempre. Tiene que ser algo tan horrible tener que abortar, que jugar con el derecho a decidir haciendo que parezca algo banal y sin ninguna importancia, me parece algo asqueroso.
Lo que si me gustaría es dejar constancia de mi rechazo, también, a todos esos eslóganes con bastantes toques "feminazis" que no hacen sino frivolizar con este tema y, en parte, consiguen que haya más adeptos a eso que llaman "defender la familia" por sentirse atacados. Me estoy refiriendo a cosas como "Nosotras parimos, nosotras decidimos" o "Mi bombo es mio". Este tipo de frases, bajo mi punto de vista, hacen que parezca que se está hablando de cosas de mucha menor importancia, incluso parece un simple juego de poder.
Como ya he dicho antes, decidir abortar debe ser una de las decisiones más difíciles y dolorosas a las que se puede enfrentar una persona, en especial una mujer y, por tanto, no creo que se deba utilizar de esa forma. Aunque entiendo que en la lucha por recuperar el derecho a decidir los ánimos se enciendan. Puede que sea por mi condición de hombre, pero creo que, en una pareja (y por lo tanto, cuando sea posible, no en otros casos) debería ser una decisión consensuada. Correspondiendo, obviamente, mayor peso e importancia a la decisión de la mujer, dado que en juego está también su salud, pero no debería ser algo unánime, como parece que se pide con esas frases...
Bueno, y hay otra cosa con la que yo, en particular, no estaba de acuerdo con la última modificación que se hizo de la ley. Y es la libre comercialización de la píldora postcoital en farmacias. Se tiende a pensar en ella, sobre todo en la más tierna juventud, como un método anticonceptivo más, y no lo es. Produce una serie de efectos que se deben conocer. No se debería poder recurrir a ella sin más, y me refiero sobre todo a los menores, ya que deben aprender a prevenir, que los actos tienen consecuencias y, por lo menos, explicarle a un médico por qué la necesitan...
En definitiva, considero que esta nueva ilegalización del aborto debe abortarse ahora que aún están a tiempo. Los derechos no se pueden perder y menos cuando afectan a cosas tan importantes. Debe garantizarse la libre decisión de si se desea o no traer a este mundo a una criatura cuya vida puede que sea demasiado complicada. Debe garantizarse el derecho a detener un embarazo que puede acarrear graves trastornos tanto físicos como psicológicos a la madre. Por supuesto, debe garantizarse un acceso seguro al aborto, no clandestino, no criminalizado y, sobre todo, no elitista.
Debe educarse a la población para que no tengan que recurrir al aborto en aquellos casos que se pudiera evitar. Como de hecho se estaba consiguiendo, cuando permitiendo más libertad descendió el número de abortos. Hay que educar, enseñar a la gente que hay formas de evitar los embarazos, y toda una serie de enfermedades. Explicar más claramente y con menos remilgos todas las cosas relacionadas con el sexo. Se debe educar en presencia de libertades, no crear absurdas prohibiciones, sin fundamento ni lógica, porque solo así podremos considerarnos racionales. Porque solo así podremos avanzar.
Defiendo el derecho a una vida digna, no la obligación de vivir.