Hoy ha sido un día... que en otro tiempo habría considerado regular tirando a malo (bueno, bastante malo). Muy aburrido, discusiones con mi madre, problemas con el software del curro, sin acabar la práctica que tendría que acabar... Y aún así he llegado a casa cantando con la música a tope y una sonrisa en la cara.
Es más, a día de hoy considero que el día ha sido genial. Y en gran medida, de este sentimiento tiene la culpa una preciosa y cálida sonrisa que he tenido el placer de recibir. Ha sido un regalo buscado, pero inesperado. Realmente cuando salía ya no me esperaba toparme con ella y ahí fue. Me encantaría tener un momento así a diario y ójala que llegara más allá.
A partir de ahí todo fue a mejor en mi tarde. Y bueno, ya os digo que llegué a casa encantado de mi día.
Y si, se que la mitad de que ese deseo se cumpla depende de mi, pero sigo teniendo muchas inseguridades sobre mi propio yo, sigo siendo una persona con la autoestima bastante baja y cuando tengo que actuar... me detiene el miedo a no poder aportarle a esa otra persona todo lo que me gustaría. Pero bueno, eso es carne de otro Post diferente.
Así nada, os dejo un día más, que ya es hora de irse a soñar con pasillos de universidad y encuentros fortuitos :-).
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