Como ya os avisé el otro día, este iba a ser un fin de semana largo. Y no sólo por su longitud temporal dado que había que incluir el lunes como parte del puente, sino por sus acontecimientos.
¿Cómo relatar estos acontecimientos? ¿Han sido días buenos, malos, regulares? Todo parece indicar, por mi forma de escribir "largo" que no han sido muy buenos, pero realmente no puedo catalogarlos menos de esa calificación sin faltar a la verdad.
Y es que si, no puedo negar que he llegado frustrado a casa en alguna ocasión y que me he pasado horas y horas muertas clavado delante del teclado esperando no escribir nada en el blog, e incluso he escrito una entrada que ha causado bastante revuelo. Pero si quiero hacer honor a la verdad, y eso es lo que me gusta hacer, no podía pedir más al fin de semana, al menos siendo yo como soy.
De los cuatro días, tres he visto en mayor o menor medida, a mi musa griega y todo lo malo relacionado con ella no son más que pensamientos de mi propio ser que, para nada empañan su preciosa imagen. Al fin y al cabo ni ella ni nadie más de mi alrededor tienen la culpa de mis frustraciones y mis enfados con mi ineptitud.
No os quiero aburrir otra vez con mis pensamientos acerca de la Diosa de la Sabiduría que cuando aparece ante mis ojos no puedo apartar la mirada de ese rostro angelical y que no puedo más que desear entrar en su mundo interior y conocer todo acerca del mismo.
Y no quiero porque no sería justo con el resto de personas que también han hecho que estos días hayan sido mucho mejores de lo que se podía esperar en un primer momento. Porque estaba entre amigos y entre amigos el tiempo pasa volando.
Tengo que agradecerle mucho a esas personas, a esos amigos (y especialmente a uno) que han logrado levantarme el ánimo en unos pocos días, porque mi ánimo el jueves estaba muy mal. Y bueno, aunque se que muchos no leeran esto y que debería decirlo en persona y esas cosas... Mi espacio en la web es donde más me sincero y, de corazón, gracias!
Estos días he tenido una fantástica cena con un famoso pollo al curry, y al día siguiente mi graduación, ese acto que se supone debe ser muy importante en mi vida. La verdad, fue más importante la cena, mucho más importante. Igual que han sido más importantes la noche de después de la graduación o la tarde-noche de hoy.
El significado del título, pues nada, simplemente una referencia al poder de la llave espada que he portado en mi cuello estos días y que ha concentrado una enorme cantidad de poder cuántico el cual, como no quiero ser pesado, no pasaré a describir. Pero tened cuidado con ese poder de colapsar las posibilidades de la realidad, puede ser muy peligroso.
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