martes, 17 de abril de 2012

Lunes de desagües


Hoy ha sido Lunes de Aguas en Salamanca. Qué bien ¿no? Si ha sido hasta trending topic en Twitter esta mañana. Las pastelerías llenas, se acababan los hornazos, el sol luce... Todo parece augurar un "buen" día ¿no?
No, eso no es posible. El sol luce... porque hay algún claro en las nubes que lo cubren, en su vertiente más meteorológica, pero no calienta. Hace un frío de invierno. Un mal momento para volver a las obligaciones.
Todo el mundo parado, como sin querer volver a la rutina, sabiendo que queda una tarde de "descanso" y todos sabemos lo mucho que gusta eso en este país. Pero el tiempo no se detiene, avanza impasible cómo si Chronos, el Titán, marcara su curso, sin preocuparse sobre qué destroza a su paso.
¿Ha sido un buen día? No, no lo ha sido. Tengo que reconocer que después de la prueba que, en parte me autoimpuse, en parte me tocó superar, podría haber sido peor. Al fin y al cabo, mi estado de ánimo, no se se ha derrumbado por motivos ajenos al presente o al futuro, y eso es bueno, muy bueno.
Pero eso no quiere decir que el día haya sucedido, siquiera, cómo debería. Además al ojo cuántico le ha dado por reírse de mi. Sí, lo hace a menudo, pero normalmente trata de ser un poquito... no se, discreto.
Otra pequeña lágrima negra ha caído sobre mi... ¿alma? ¿corazón? ¿interior? Aquello que nos hace comportarnos de una manera o de otra. Poco a poco esa parte de mi se va corrompiendo, va muriendo, se vuelve fría y estéril, incapaz de sentir un buen sentimiento por largo rato.
Ahora mismo el "lado oscuro" va ganando la batalla. Ese lado oscuro que, si me imagino un paisaje, éste es frío, inmenso, árido y muerto. Puede ser un desierto, con fuertes vientos gélidos, una helada tundra, cuya blancura se extiende hasta dónde alcanza la vista, o una superficie rocosa, sin más variaciones que las propias de la piedra.
Para contrarrestar ligeramente todo esto hay que recurrir a música excesivamente jovial, mezclada con tristes canciones para que no suene demasiado ridículo. Al fin y al cabo yo debo mantener las formas de la mejor forma posible, debo seguir interpretando mi papel todo el tiempo que haga falta.
Pero un día, mi cuerpo aparecerá sin vida, en algún lugar de esté amplio planeta y la gente se preguntará por qué, pero no hallarán respuesta.

La oscuridad que va tiñendo mi corazón también afecta a mi capacidad de percibir la "realidad", lo que las otras personas son en realidad, lo que piensan en sus fueros más internos, lo que desean y lo que añoran, su esencia.
Cada vez más navego sin rumbo en un mar de gente de la que cada vez estoy más aislado. Lo cual hace que cada vez me sienta más como un bebé que no entiende a los adultos y que, cada vez se vuelve más y más pequeño, hasta que llegue un momento que el espermatozoide y el óvulo originales se separen de nuevo, y nada exista ya.
Uno de los pocos oasis a lo largo de este desierto, es un pequeño y muy íntimo blog que he "descubierto" hace poco. Su poesía calma mi sed, pero solo lo hace momentaneamente porque sus aguas son turbias y yo ya no soy capaz de ver el fondo de las mismas. Ni siquiera puedo descifrar si es agua, o algún veneno, que va matando lentamente.

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