miércoles, 12 de octubre de 2016

Agravada soledad

Hace casi un año que no escribo absolutamente nada en este blog, y prácticamente en ningún sitio. Soy de números exactos y podría calcular los días concretos que hace pero... la verdad es que no me apetece. Si diré que faltan 19 días para que se cumpla un año de una entrada en la que decía que tenía una sensación de soledad...
¿Por qué no he escrito en todo este tiempo? Por muchas razones, muchas excusas, pero lo mas importante supongo que es porque... no podía. Porque esa sensación de soledad se ha afincado y agrandado de forma increíble. Y es curioso porque probablemente haya sido una de las épocas de mi vida en la que he tenido más personas "cercanas" a mi alrededor. Claro que siempre se me dio especialmente bien "estar sólo en medio de un montón de gente".
Tengo la losa encima de que en realidad no puedo hablar realmente con nadie porque nadie va a escuchar y comprender lo que pasa por mi cabeza, lo que me sume en esta oscuridad tan espesa. Si habrá psicología barata, o cara, en medio. Habrá mucha falsa comprensión o preocupación, pero no lo que verdaderamente necesito. Y no es que busque escuchar alguna cosa concreta, no, buscar la aprobación de los demás no es algo que vaya conmigo ni que nunca haya hecho.
Todo este tiempo ¿qué ha ocurrido? Muchas cosas y ninguna en realidad. Sí, científicamente he publicado varios artículos más, he emprendido una nueva aventura, me he inmolado para ganar una batalla que no creo que merezca la pena, he empezado a escribir una tesis doctoral que no se si algún día llegaré a terminar y que, por supuesto, lo único que me trae es sentimientos de un pasado que prefiero olvidar. Y, por supuesto, me he equivocado en todo, en absolutamente todo ¿qué otra cosa podía hacer? ¿Acaso había un movimiento no erróneo? Se que visto desde la perspectiva de un espectador externo es posible que no sea así, y que las decisiones no se puedan valorar como exitosas o erróneas. Naturalmente siempre he tratado de elegir lo mejor con la información disponible, no sabría actuar de otra forma. ¿Entonces por qué siento que no he tomado ninguna buena decisión en las últimas... decadas? Si es que alguna vez he hecho algo bien, claro...
Me duelen cada día más las injusticias, las personales y las universales. Todas aquellas cosas que, pudiéndose hacer bien, se hacen horriblemente mal. No entiendo el mundo en el que vivo, me ha sobrepasado, me ha superado la gente que es incapaz de ser quien es sólo por el miedo a los demás. Me duele la vida misma y no tengo muy claro por qué seguir en ella si, al fin y al cabo, nunca voy a estar realmente vivo.

Y no quiero que se entienda mal a lo que me refiero con "soledad". Como ya he dicho arriba, no es que haya faltado gente buena a mi alrededor, todo lo contrario. Ni siquiera es que yo quiera o tenga necesidad de no estar físicamente solo, eso es algo que nunca me ha preocupado. Me refiero a la soledad del alma, que es la más difícil de asimilar, y la más horrible de padecer.

En fin, supongo y espero recuperar la escritura de este blog porque necesito la inspiración que no he tenido estos largos meses para escribir una tesis con la que cerrar un ciclo grande, largo y pesado...


Había de morir tarde o temprano;
alguna vez vendría tal noticia.
Mañana,
y mañana, y mañana
se arrastra con paso mezquino día tras día
hasta la sílaba final del tiempo escrito,
y la luz de todo nuestro ayer
guió a los bobos hacia el polvo de la muerte.
¡Apágate,
apágate breve llama!
La vida es una sombra que camina,
un pobre actor que en escena se arrebata y contonea
y nunca más se le oye.
Es un cuento que cuenta un idiota,
lleno de ruido y de furia,
que no significa nada.

- William Shakespeare