Nuestro sistema solar cuenta con un solo astro, el Sol, alrededor del cual giran todos los planetas, asteroides y demás cuerpos celestes que están bajo su influjo. Todo aquello que está al alcance de la humanidad en este momento gira alrededor del Sol.
Pero hay sistemas solares que cuentan con dos estrellas para alumbrarlos. Son sistemas especiales, sistemas más complejos, al menos desde el punto de vista físico. Casualmente el sistema solar en el que se ubica la historia de los juegos que dan nombre a mis blogs es uno de este tipo y así lo indica el nombre del planeta del protagonista, Twinsun, el planeta de los soles gemelos.
Indudablemente cada uno de esos astros aportará algo único al planeta, al sistema. Uno de los soles será más grande y cercano y el otro más lejano y bello. Pero ambos son los que mantienen girando al pequeño planeta incapaz de dejarse atrapar por la órbita de uno solo de ellos.
Y si la Tierra, Plutón, los seres humanos o las minúsculas bacterias son pequeños al lado de nuestro Sol, todo aquello que haya en un sistema con dos o más estrellas será aún más ínfimo al lado de las mismas.
Pero supongo que en su complejidad está su belleza, esa versión del irresoluble problema de los tres cuerpos.
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