domingo, 27 de mayo de 2018

Chalets y consultas

Creo que por el título ya os podéis hacer una idea del tema que quiero tratar en esta "reflexión trasnochada". Llevo varios días pensando en ello pero no he querido publicar nada hasta que no terminase la consulta para no condicionar el voto de nadie. Ahora que ya han salido los datos de participación (que han vuelto a batir récords) ya no hay problema.

Y es que quería tratar el tema de la nueva vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero y la consulta que han lanzado a las bases de Podemos para ver si habían hecho bien o no. En primer lugar, el sentido de mi voto. Y es que yo he mandado el mensaje de que debían dejar el acta y sus responsabilidades en la formación pero la cuestión es que no lo he hecho por la compra de la casa en si misma.
Opino que tienen todo el derecho del mundo a, con el dinero que vayan a ganar con su esfuerzo y dedicación, buscar un buen futuro para sus hijos. Proporcionar un hogar debería ser una de las prioridades básicas de cualquier progenitor, por encima de sus intereses personales. Además, como digo, está el hecho de la libertad que tienen, y que tienen que tener, para vivir su vida como ellos quieran.
Hasta aquí todo correcto y, por supuesto, nada negativo de cara a seguir con sus responsabilidades de representación. ¿Dónde está el problema entonces? ¿Por qué yo he votado para que lo dejen? Pues muy sencillo, porque el mundo real no es el de los sólidos ideales y, aunque no sea justo, está claro que a ellos no se les mide con la misma vara que al resto.
Cualquier político de cualquier otro partido tiene pleno derecho a la intimidad y los representantes de Podemos no lo tienen. Como bien han dicho (de una forma exageradamente victimista bajo mi forma de ver) ellos mismos en las ruedas de prensa, con ellos se tiene un nivel de exigencia extremo, un constante escrutinio y, sobre todo, crítica de cada uno de los movimientos que realizan. Se llega incluso a ofrecer auténticas barbaridades a quien sea capaz de filtrar una ecografía de sus hijos. Y esto es deleznable, de hecho roza, si no sobrepasa, lo delictivo.
Pero ya lo sabían cuando entraron a "jugar". Tanto Pablo Iglesias como Irene Montero son expertos en politología, en el manejo de los símbolos y las palabras y deberían saber moverse en estos ambientes. Por tanto, deberían saber también que algo como la compra de esta casa, mientras son parte integral del organigrama de su partido no hará más que daño a la formación.
A los carroñeros que buscan que no lleguen al poder a cualquier precio no les importan las artes que tengan que utilizar, ni la justicia, ni la ética. Nada. Y yo repito, ambos dos lo saben o deberían saberlo, y por tanto esta compra, en este momento, y con los puestos que ostentan, es un movimiento muy negativo para los intereses de todos los que buscamos un cambio en este país para que deje de gobernarnos el que ya no es presunto partido corrupto porque los jueces (afines a ellos, por cierto) han certificado la primera parte de sus corruptelas. Pero de eso ya hablaremos otro día, que parece que la actualidad política vuelve a ponerse "interesante" estos días :S.
Por tanto, si, he votado en contra de la posición "oficial", es la magia de la democracia, que, en principio, puedes votar lo que quieras. Naturalmente aceptaré el resultado, que es la otra parte de la democracia de la que, en el caso de este partido, no tengo por qué dudar. Supongo que seguirán, pero espero que tengan más cuidado.
De nuevo, no es justo que existan distintos raseros para medir a cada cual, claro que no lo es. Pero el mundo es el que es, injusto, duro, lleno de obstáculos para algunos y terriblemente sencillo y placentero para otros. En esta partida se juega con las cartas que le tocan a cada uno, no con las que le gustaría tener y, por eso, Podemos debe tener muchísimo más cuidad con los gestos y las formas. Se persigue un objetivo más grande que los personalismos, o al menos eso es lo que creo yo, y para eso debemos remar con cuidado, firmeza y, sobre todo, evitando en la medida de lo posible las piedras del camino.

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