martes, 27 de mayo de 2014

Sobre desigualdades distintas a las que estamos acostumbrados

Habéis observado que hace ya un tiempo que me ha dado por publicar aquí algunos vídeos de "experimentos sociales". Los que más curiosos me resultan o más llaman mi atención en el momento. Hoy es uno de esos días en que me he encontrado un experimento interesante y que deja bastante clara uno de los peligros crecientes a los que se enfrenta nuestra sociedad.


En el vídeo, como podéis ver, se observa una discusión simulada entre los miembros de una pareja terminando la misma en maltrato. En primer lugar se observa el maltrato "clásico" (y vergonzoso, por supuesto) del hombre a la mujer. Y también se puede observar cómo la sociedad, ya más evolucionada que hace unos años, es capaz de parar este acto y detener la agresión. 
En segundo lugar se invierten los papeles y en este caso es la mujer quien maltrata al hombre. En este caso, la gente de alrededor, lejos de detener la agresión, llegan incluso a mofarse de la misma generando un segundo nivel de maltrato. Una reacción bastante triste, aunque no puedo decir que sea inesperada.

¿Por qué digo que ilustra uno de los peligros a los que se enfrenta la sociedad actual y futura? Muy sencillo, porque el maltrato a los hombres está sufriendo una escalada exponencial.
No debéis dudar que soy el primer crítico hacía la violencia contra las mujeres, constituye un acto que no puedo más que censurar y, si se diera el caso, castigar. Es algo que nunca debería haber existido y que hasta que no logremos eliminar completamente no podremos empezar a sanear un poco a la sociedad.
Pero lo que es indudable es que es un problema del que ya hemos tomado conciencia y sobre el que estamos educando para que cada vez se de en menor medida. Sigue habiendo unos números indecentemente grandes (1 ya es indecentemente grande en este caso) pero es cierto que la tendencia es a reducirse. Por tres motivos principales, la sociedad está más concienciada de que es algo que ocurre y que no hay que permitir, porque las mujeres ya no se encuentran tan hundidas y tienen mucha más confianza en si mismas y porque hemos educado a una gran mayoría de las "nuevas generaciones" en que es algo que esta mal.
Pero ahora hemos descuidado el otro lado. Probablemente por ser tan minoritario que creímos que no existía. Pero como en muchas otras cosas "malas" que le pueden suceder a los hombres, se oculta mucho más y se termina convirtiendo en un doble estigma. Salvando las distancias ocurre algo parecido con el cáncer de mama masculino, que ocurre, y de hecho es mucho más letal que en el caso femenino, algo que se agrava porque "es imposible que un hombre tenga cáncer de mama" y por tanto ni se revisa ni se trata.
Este maltrato se agrava por la horrible vergüenza que sufre quien es objeto del mismo y no ayuda el hecho de que si lo contara, lejos de generar compasión y comprensión sería objeto de burla en el mejor de los casos ya que la parte contraria podría alegar, a su vez, que es ella quien sufre el maltrato y sería ella quien obtendría el crédito del resto.
En fin, no es mi objetivo erigirme como adalid de los desamparados, simplemente quería comentar este pequeño experimento. Nuevamente dejo claro aquí mi total y profundo desprecio hacia cualquier forma de maltrato, tanto física como psicológica, y sea en la dirección o por los motivos que sea. Ójala podamos librar algún día al mundo de esta lacra.

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