¿Existe la verdad absoluta? Probablemente no, y menos con una especie tan subjetiva como la nuestra. Pero si que existe la mentira absoluta. Y es que hay momentos en los que mucha gente asiste a la proclamación de una gran mentira, en la que, de alguna manera, mucha gente participa. Puede que no con la palabra, si no más bien con la ausencia de ella.
Hace algunos días mi trabajo, y el de mis compañeras/os, apareció en la prensa local y universitaria. Incluso con un vídeo en USAL TV. En realidad todo se grabó hace unos meses, pero ya sabéis, cosas de los medios, que las cosas salen cuando toca, no cuando se prepara. De todas maneras creo que no hay nada con lo que me sienta especialmente orgulloso o identificado, todo trae demasiados recuerdos amargos. Por no hablar de la sensación de ponzoña que emana de ese laboratorio. Es lo que tiene que no se respete a las personas, y no sólo por parte de la autoridad.
Perdonadme que esté poco inspirado, creo que más bien es la contención lo que me impide expresar aquello que realmente quiero con esta entrada. La misma contención que me hace plantear la posibilidad de no escribir una página de agradecimientos en la tesis en la que equiparar a gente que si que está teniendo importancia en la misma y a gente que sólo merece desprecio. Algo que no quiero hacer. O, como otra posible opción, dejar que la más hiriente ironía dirija mis palabras en ese comienzo de la misma.
Es lo que tiene la contención para evitar males mayores, que no se permite la existencia de sentimientos. Al fin y al cabo, son los que traen los "males mayores". Pero eso no quiere decir que la situación y la contención sean para siempre, un día las cadenas ya no podrán retener la realidad, y ese día no tardará mucho en llegar...
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