Hoy quiero hablaros de una de esas "ironías" irónicas que me he encontrado en mi reciente acercamiento al mundo de los contratos predoctorales. Porque si, aunque mucha gente lo considere "becas", incluso, para ahorrarse unos eurillos las propias administraciones les den ese nombre, son contratos. Contratos de trabajo en los que, normalmente, se dedica mucho más esfuerzo y horas que a cualquier trabajo tradicional.
Mucho se lleva hablando los últimos años de la fuga de cerebros españoles al extranjero. Y en la mayoría de los casos esa huida no es, como se nos quiere vender, tanto por motivos económicos, como por cuestiones de reconocimiento. La mayoría de los investigadores están dispuestos a trabajar por un poco menos si con ello consiguen no dejar el país, pero renunciar a tus méritos en pos de los designios de, vete tu a saber quién, es algo que termina quemando.
Aunque si que es cierto que la inversión en la investigación ha caído a niveles inaceptables y hoy día, dedicarse a desentrañar los misterios de nuestro mundo, lejos de ser una profesión de prestigio, termina siendo un enterramiento en vida. Hay que comer, eso es algo indudable, y si no hay inversión, dificilmente se va a poder mantener una red investigadora mucho tiempo.
Hace unos días se anunció a bombo y platillo un "plan para mantener a las mejores mentes dentro del país". De cara a la opinión pública todo quedaba muy bien. Grandes empresas realizando el mecenazgo de las investigaciones de los españoles para que, de esta forma, no tuvieran que emigrar. Por desgracia, como todo lo que viene de las esferas políticas, no es más que una cortina de humo de la que no se cuenta nada, para que nadie se de cuenta de la mierda que están vendiendo.
Los tales contratos son 6. Sí, la inconmensurable cifra de 6 contratos. Además los requisitos para acceder a ellos... en fin, mejor ni nombrarlos porque si, básícamente tienes que ser uno de los 6 doctores más eminentes del país para tener alguna ínfima posibilidad de obtener uno. Y siendo así, las dotaciones serán generosas, al nivel de un premio nobel, por lo menos. Pues no, son una autentica mierda con la que vas a poder investigar poco más que cómo sacarte un moco de la nariz. Que comparado con los que los seis doctores más eminentes con nacionalidad española tendrán a su disposición en cualquier otro país, es de risa.
Sí, esa es la medida estrella para no perder las "grandes mentes" de este país. Parece que de los que se están formando ya se han olvidado o, mejor aún, querrán extender aquello de "nadie cobra haciendo un Máster" a un precioso "nadie cobra haciendo la tesis" y así quedarse tan panchos.
Aunque no hay que ser injustos. Como he dicho un poco más arriba, he estado oteando el horizonte para ver cómo está realmente el campo y lo cierto es que me sorprendí gratamente, en un primer momento. Si que vi, por parte de los centros de investigación, varios jugosos contratos para realizar la tesis en ellos, que de hecho animaban a irte allí, con un buen sueldo y mejor ambiente.
¿Cuál es el problema? os preguntaréis. Pues muy sencillo, cuando lees los requisitos para poder acceder a ellos tienes que, básicamente, ser extranjero y venir aquí a hacer tus "últimos tres años de doctorado". Algo que no tiene ni pies ni cabeza y menos aún en un país que debería tratar de mantener a su propia población.
Y que conste que yo no tengo nada en contra de los doctorandos de fuera, todo lo contrario. Lo que me gustaría ver es que mis paisanos pueden competir en igualdad de condiciones con la gente de fuera. Por qué ya me dirás tú cuánta gente se va fuera a realizar su primer año y medio de doctorado. El último, es posible pero ¿el primero? Claro que, imagino que estas plazas serán, simplemente, para no ser concedidas a nadie. Ya que, de la misma forma que es muy improbable el supuesto anterior, también lo es que un doctorando extranjero vaya a venir a España a terminar sus tres últimos años de tesis, máxime cuando las plazas se han convocado con tan solo un mes de antelación, tiempo en el que dificilmente podrás tomar la importante decisión de dejar tu país, tu laboratorio de origen y tus investigaciones a medias para irte a un país en el que la miseria crece cada día y los fondos para I+D+I penden de un hilo, un hilo muy fino.
En definitiva, creo que mientras sigamos tratando de ocultar bajo la alfombra los verdaderos problemas, convocando becas con requisitos inalcanzables, para no tener que dar las plazas; sigamos ninguneando el talento nacional y sigamos insultando a la excelencia, no seremos capaces de levantar cabeza, ni siquiera unos milímetros.
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