Pues parece ser que al final no había perdido mi "magia". Ese buen hacer que me garantizaba aplausos y parabienes tras cada presentación. Y me alegro profundamente que mi jefa se esté beneficiando también de mis resultados para que su Unidad, y ella misma, puedan brillar ante el los colaboradores y compañeros.
Y es que está siendo una semana de mucho movimiento, reuniones a todas horas (suele ocurrir antes de las merecidas vacaciones). Muchos datos que presentar para que la gente pueda seguir adelante con sus investigaciones y tengan un feedback de lo que ha ocurrido con sus caros experimentos.
RNA de aorta de conejo, nucleosomas en el sistema inmune del ratón, genomas completos humanos o caracterización de cerdo, muchos organismos diferentes, experimentos diversos, mucho que aprender y que enseñar. Todo va arrojando sus propios resultados, con más o menos sorpresa, pero la descarga de endorfinas siempre llega cuando ves las caras de tus colaboradores emocionados de que las cosas cuadren con sus hipótesis, o simplemente cuando, sin que te hayan dado algunos detalles de su experimento, seas capaz de atinar con lo que ha ocurrido con tanta certeza.
Se me sigue haciendo un poco raro, eso si, ese aura de 'gurú' que me acompaña sin yo haberlo pretendido. Hace ya unos años que algunas personas me consideraban así, pero recibir ese trato de auténticos maestros de sus campos, de científicos, o médicos, con grandes avances a sus espaldas, sigue constituyendo un enorme orgullo y una responsabilidad tanto o más grande.
Codearte día a día con personas de tanto nivel intelectual, y saber que estás participando de sus descubrimientos, incluso puede que ayudando a curar diversas enfermedades, es muy grande. Y que encima te reconozcan...
No os aburro más, que hoy llego ya a estas horas agotado, con una buena lista de tareas pendientes, pero enormemente satisfecho de las impresiones en todos y cada uno de los meetings que he mantenido. Ya sólo queda poner una canción de euforia ¿no?
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