Que tus ojos hayan sido los primeros en la historia en ver algo que asombra a premios nobel. Que tu cerebro te haya permitido empujar los límites del conocimiento, lo que habría de ser la más alta aspiración del ser humano.
Haber aportado tu pequeño granito de arena a la historia, a la ciencia, debería producirme orgullo ¿no?
Vuelvo a sonar grandilocuente, vuelvo a no dejar aquí escrito todos los caóticos pensamientos que me recorren ahora mismo, vuelvo a encriptar mis palabras buscando un consuelo que no obtendré. Buscando una respuesta que no está destinada a mi.
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