La entrada de hoy no iba a versar de ésto pero la actualidad manda y lo acontecido durante el día de hoy en el parlamento catalán se merece, cuanto menos, una reflexión. Partamos, eso si, de la base que todos conocéis que yo opino que se deben celebrar los referendums, de forma informada, eso si, y garantizando las libertades democráticas. De hecho pienso que deberían celebrarse en todos los territorios que así lo estimen oportuno pero, y repito, informando de las consecuencias reales que tendría el quedarse y el irse, de una forma sincera y sin intentos de infundir temor por la opción que no es la tuya. También opino que no debería fragmentarse el país y que la opción más lógica es tender a una unificación mayor y no a una segregación ridícula, pero bueno.
La cuestión es que, en la lucha por esa votación, o por la independencia, o lo que sea, no vale todo y el espectáculo lamentable de ayer es una de esas cuestiones que limitan la legitimidad de cualquier movimiento que se haga.
Está claro que, de un tiempo a esta parte, la independencia catalana se está utilizando para tapar las vergüenzas y las corruptelas tanto del PP como de la antigua Convergencia. No entiendo muy bien en qué momento a Esquerra le pareció que cualquier cosa valía para colocar a Junqueras como vicepresidente de la comunidad y apoyaron una medida que iba en contra de cualquier idea política que defendían salvo, por supuesto, la de la independencia. Así han ido a una lucha por una independencia "a cualquier precio" renunciando por el camino a ideas mucho más fundamentales que el ordenamiento jurídico de tu territorio. La CUP, por su parte, por lo menos ha cambiado alguna de las leyes para añadir cuestiones sociales de su propia cosecha.
Pero se han roto todas las formas. Una cosa es querer ir a la independencia y otra tratar de jugar con los ardices parlamentarios de una forma tan trapacera. Ese desprecio a la oposición y, por tanto, a todos los ciudadanos a los que representan... es inadmisible. Se olvidan además de que esos ciudadanos ignorados son, en número, más que los que piden la independencia y que no es más que por una cuestión de cálculo de nuestra injusta ley electoral que están pudiendo llevar a cabo estas acciones.
Y si bien es cierto que el PP no es el más indicado para salir a decir lo ofendida que está la democracia, después de que la violaran sin remisión durante su mayoría absoluta cosa que, actualmente, siguen haciendo aunque un poco más veladamente, también es cierto que no es admisible lo que está ocurriendo en Cataluña. Para hacer esta pantomima vergonzosa sería mejor que se declarasen independientes directamente, como dijeron que iban a hacer si ganaban aquellas "elecciones plebiscitarias" que pusieron encima de la mesa en su anterior órdago.
Y mientras seguimos asistiendo a este ridículo teatrillo, única noticia importante para los medios de comunicación, el mundo sigue su curso hacia una decadencia cada vez más insostenible. Sigue siendo muy claro que la crispación del ser humano consigo mismo, o del propio planeta, en forma de cambio climático de conclusiones catastróficas, va camino de transformar por completo nuestra forma de vida.
Cuando todo esto no sea más que historia, se juzgarán estos actos, entre muchos otros, como parte de lo que nos lleve de vuelta a las cavernas, si no emigrar a otro planeta que destrozar.
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