martes, 14 de mayo de 2013

Gritando en el desierto

¡ESTOY HASTA LOS COJONES!

No puedo más, no puedo... Yo no puedo aguantar comiéndome un cabreo que me consume por dentro, que en cuanto estoy solo se va encendiendo cada vez más, retroalimentándose a si mismo ya que me cabrea el propio hecho de estar cabreado.
Es probable que visto desde fuera no tenga motivos, pero al fin y al cabo nadie es capaz de conocer todo lo que le ocurre a otra persona, aún menos a mi.
Pero estoy harto de todo, absolutamente de todo, sólo quiero explotar, soltar toda la enorme cantidad de ponzoña que guardo de todo el mundo, soltarla y descansar. Estoy harto de sentirme gilipollas, de ser gilipollas.
De tener que enterarme de todo por mis propios medios, salvo que sea necesario para algo, momento en el cual, por supuesto, todo el mundo es increíblemente amable, ¡Cómo no!...
La falsedad del mundo cubre mis ojos con un manto negro y hace que mis pensamientos se dirijan a los lugares más oscuros. Pierdo el control de mi propia máscara volviéndome un ser desagradable y conflictivo, tan acorazado que le resbala todo, y cada vez más débil por dentro.
No soporto incoherencias que me hacen dudar hasta de los pilares más firmes de mi propio ser. No soporto esa hipocresía de la gente, esa forma que tienen de expresar su desagrado sobre comportamientos que ellos mismos cometen.
Sí, estoy cabreado, estoy muy cabreado. Tanto que lamento no haberme dedicado nunca a ningún arte marcial para poder tener alguien con quien pegarme. Tanto que voy dando golpes a cada pared por la que paso siempre que no haya nadie de por medio (al menos esa parte de la máscara si que la puedo seguir manteniendo). Tanto que estoy siendo borde con la gente, simplemente... porque no puedo cubrirme con el halo de falsedad.
Quiero explotar, pero aún se que no debo. El problema es que ya muy pocas cosas podrán calmarme... El problema son las decisiones viscerales y extremadamente racionales que se toman en estos estados y que van ganando terreno, van pareciendo cada vez más la única opción correcta...

3 comentarios:

Sara1_618 dijo...

Sin ánimo de intentar aumentar tu cabreo por contestarte diré que el estar cabreado es uno de los sentimientos más humanos y más comunes. Todos lo hemos sentido alguna vez y todos tenemos nuestros métodos para aliviarlo: lo de golpear paredes no es la primera vez que lo oigo.
Es mejor 'dejarlo salir' que acumularlo hasta que estalle todo de golpe. Así que desahógate si eso te hace sentir mejor, que soltar un golpe a la pared (yo tiraba a mis peluches) no es lo peor que puede pasar, y tampoco te sientas mal por hacerlo.
Y espero que sea lo que sea que haya provocado tu enfado se solucione pronto

Blood Like Lemonade dijo...

Lo de la hipocresía y falsedad de la gente no es nada nuevo. Incluso muchas veces parece ser que es lo único que mueve a las personas.
Y no seré yo quien te diga que pases de eso, porque yo, al menos cuando intento pasar, fracaso. (No se puede aconsejar a alguien que haga lo que una no es capaz de hacer).
Asi que descarga tu rabia como dices pegando a las paredes y escribiendolo en el blog. Aunque sí que sea verdad que dan muchisimas ganas de decirle a más de uno, cuatro cosas a la cara. Pero eso tal vez solo vaya en tu perjuicio.
Incluso llevando razón...

twisen dijo...

No solo "tal vez vaya en mi perjuicio" es casi seguro, y el autocontrol es algo que valoro demasiado de mi mismo como para tirarlo por la borda de esa forma. Pero eso no hace más que acrecentar mi sentimiento de gilipollas y de que me termino dejando pisar siempre. No podría ser de otra forma, y supongo que realmente tampoco quiero ser de otra forma.
Simplemente hay días que el autocontrol se topa de frente con el sentimiento de que todo te da igual, y eso es lo peligroso...