martes, 18 de junio de 2013

¿Acaso algo iba a cambiar?

¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Por qué no se crea el callo? ¿Por qué esta desolación? ¿No se suponía que el ánimo gris era por los días grises? No tengo respuestas y el problema es que ya no las tengo tampoco para problemas más sencillos, esta mañana he sido incapaz de hilar lo suficiente de mi pensamiento como para resolver un problema que antaño me habría resultado... bueno, al menos no me habría parecido tan terriblemente complicado.

Se acerca un verano muy complicado, un verano en el que he de decidir una serie de cosas bastante importantes, y no cuento con ningún tipo de ayuda para ello. ¿Cómo decidir anclarme a la monotonía un año más si cada día que pasa es una horrible montaña que escalar? ¿Cómo... cómo... cómo renunciar a dos sueños al mismo tiempo, aunque, por lo visto, uno no lo merezco y el otro... bueno, supongo que molesto a demasiada gente.
Llevo ya muchos años tratando de encontrarme a mi mismo. Bueno, no, realmente no es eso. Realmente me encontré hace mucho tiempo, al menos la mayor parte de mi, pero ahora estoy perdido, porque hay cosas, bastantes cosas que no entiendo.


Me conozco bien, demasiado bien como para saber qué límites no estoy dispuesto a traspasar. Como para saber que si los traspasara, o si los hubiera traspasado, probablemente ahora alguno de mis "problemas" no sería tal y habría conseguido alguna de esas cosas que anhelo con todo aquello que me hacer estar vivo. Pero se que así no podría reconocerme a mi mismo.
Supongo que da igual ¿no? Siempre ha dado igual... Yo seguiré siendo ese imbécil que está ahí y nada más. Es el problema de ser un looser y no ser el protagonista de ninguna historia, de ningún cuento de hadas. En la vida real los perdedores no son asesinos de reyes, ni invocan al fuego y al rayo.

Se encuentran con Felurian y sólo pueden admirarla en la lejanía...

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