Ayer y anteayer fueron los mejores días para ver la lluvia de estrellas tradicional del verano, las perseidas o lágrimas de San Lorenzo. Estas estrellas fugaces no son más que los restos de la estela del cometa Swift-Tuttle que nos visita cada 133-135 años pero cuya estela atraviesa es atravesada por la Tierra durante los meses de Julio y Agosto.
Este año sólo he podido ver una cayendo, y, como véis, no he podido fotografiar ninguna. Demasiada contaminación lumínica. Pero bueno, al menos una, para continuar la tradición, si que ha habido. A ver si los próximos días hay más suerte, o si no, el año que viene volveremos a verlas.
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