lunes, 19 de marzo de 2012

¿Viva la Pepa?


Día del padre, habrá quién piense que debería hacer una reseña sobre los padres y esas cosas pero quien bien me conoce sabe que no lo voy a hacer, y mis razones para ello, así que ese tema queda zanjado. En cuanto a la otra celebración del día...
Hoy la constitución española de 1812 cumpliría 200 años si siguiera estando vigente, con lo que la celebración, bajo mi punto de vista, y tal y como se la describe, está fuera de lugar. No digo que no se deba celebrar que hayan transcurrido 200 años desde que se promulgó la primera constitución democrática en este pais, que eso si es cierto. Pero la constitución de Cádiz no tiene 200 años porque se abolió cuando aún no andaba ni a gatas.
Tampoco quiero hacer que este evento me sea totalmente ajeno, ya que sería hipócrita por mi parte. Al fin y al cabo soy filatélico y numismático y no me voy a librar de las consavidas ediciones conmemorativas de la moneda y el sello, que por supuesto engrosarán mi colección.
Pero si que quiero dejar constancia de mi opinión contraria a todo lo que se considera democrático actualmente en este país de pandereta y alcohol. ¿Por qué una crítica tan dura? Pues porque este país dejó de tener una constitución democrática el día que fusilarón aquella constitución por la que Don Juan Carlos cedía sus poderes para que el pueblo (o sea, todos los ciudadanos, que parece que hay a muchos políticos que eso no les entra en la cabeza) podamos ejercer nuestro derecho a opiniar y elegir quién y cómo nos gobiernan, y también que se supone que se debía defender a los ciudadanos por encima de cualquier otra cosa.
Pero esa constitución cambió con los apoyos únicos de los gobiernos que lo hicieron y los parlamentarios que votaron en contra de realizar referendums de consulta al pueblo que se ve sometido a esa carta magna. Por lo tanto esa constitución, al menos a mi, ya no me representa, ni la puedo considerar democrática. En todo caso oligárquica por no decir despótica (ilustrada, eso si, que siempre se ha hecho "todo por el pueblo").
Y tras esta pequeña opinión sobre lo que representa eso que llamamos constitución, y de cuyo concepto hoy celebramos su bicentenario, me gustaria expresar mi deseo de que dentro de otros 200 años, los españoles (o hispano/alemanes) que celebren el tetracentenario (lo de celebrar en este país no va a faltar nunca) estén bajo el mandato de una constitución verdaderamente democrática y no bajo un chiste que solo hace gracia a unos pocos.

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