La gente ha hablado, o al menos lo ha intentado. Aún no se ha terminado de escrutar todo el voto pero ya se pueden sacar algunas conclusiones. La primera es clara, la gente le ha dicho al Partido Popular que se vayan a su casa aunque ellos no lo hayan querido escuchar así. Aunque ellos interpreten que "han ganado", la voluntad es clara.
Y eso que lo han intentado evitar, de forma legal pero amoral, con una campaña llena de engaños, mentiras y descalificaciones completamente infundadas, o de forma directamente ilegal tratando de coaccionar votos, engañando a ancianos, manipulando el servicio de voto por correo, impidiendo que voten los "españoles por el mundo". Todas esas prácticas están documentadas y demostradas, algo que debería implicar la directa y fulminante expulsión del partido del panorama político.
El problema mayor viene con aquellas actuaciones que todos sospechamos pero que, naturalmente, no podemos demostrar (al menos de momento). Y me estoy refiriendo a esa manipulación extraña que han sufrido los datos del escrutinio que, en un momento determinado de la noche, en que le estaba yendo especialmente mal al partido del gobierno, un oportuno fallo informático ha bloqueado la actualización de los datos de los votos escrutados durante cerca de una hora y, a la vuelta, la mayoría de las localidades habían cambiado de color, tornándose, oportunamente, de un azul caca de gaviota muy reconocible. Resultados que, incluso, no tenían ningún sentido si cruzamos municipales con autonómicos.
Pero, con todo y con eso, han recibido una importante bofetada, mayor de la que yo me esperaba, la verdad. Y me alegro. Parece ser que la ciudadanía no es tan estúpida como nos quieren hacer creer, o como a veces simula ser.
En cualquier caso me da pena no conocer unos resultados más reales. Basados en un porcentaje mayor de participación. Que tenga en cuenta la opinión y el voto de todos las personas que deben tenerlo y cuyo voto sea libre, no coaccionado ni engañado y, por supuesto, no manipulado. Imaginaos lo que sería eso...
Bueno, ahora empieza lo verdaderamente difícil. Empezar a dialogar. Empezar a limpiar las instituciones y devolverlas al pueblo. Y hacerlo con la suficiente responsabilidad y rapidez como para que en las nacionales que se celebrarán en breve vuelvan a notarse los vientos del cambio, cambio que nos permita mejorar más cosas. A muchos les costará aceptar el nuevo panorama, las nuevas normas que hagan que, según las medidas concretas, no se diga siempre que "sí" a todo. No poder hacer y deshacer a antojo. Empieza una etapa algo más interesante.
Esto ha comenzado, va cogiendo marcha, hemos de estar vigilantes para que no nos lleve por delante.
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