Ahora que ya se han calmado un poco las aguas me gustaría hacer una reflexión sobre el comunicado que hace unos días lanzó la APM en el que acusaban a Podemos de amenazas y coacciones, sin proporcionar prueba alguna.
Considero que hemos asistido, durante el tiempo de vida de la formación morada, a un ataque brutal e injustificado por parte de los medios de comunicación. En muchos casos se han llegado a decir verdaderas barbaridades que, meses después, han resultado falseadas por los tribunales pertinentes, pero eso ya no era noticia de portada, qué cosas. Se han llegado incluso a falsear "pruebas", por parte de algunos pseudoperiodistas (tener la carrera o dirigir un periódico no te convierte en periodista) con tal de generar una opinión negativa en la gente. Creo que eso lo tenemos todos claro.
También es verdad que las formas de Podemos no suelen ser las más "políticamente correctas" por ser suaves. Tienen una forma de dirigirse a los demás ciertamente agresiva en según qué contextos. Tienden a ser más claros y a enfadarse con más naturalidad y está claro que esa no es la mejor actitud para el mundo en el que vivimos.
Ahora bien ¿de verdad están coaccionando la libertad de expresión y de prensa de los periodistas? ¿Más que la ley mordaza o las entrevistas en plasma que no deberían merecer que se quedara ni un solo reportero en la sala? ¿De verdad se ha llegado a decir a los periodistas, por grupos privados, comentarios peores que acusarles de la muerte de Rita Barberá? Cuya vida sesgó la cirrosis, por cierto, que nadie se ha acordado de retractarse de ciertas barbaridades.
En cualquier caso, está claro que si lo que dice la APM es cierto, es algo muy grave. Que a nadie se le olvide que las coacciones y, sobre todo, las amenazas son un delito muy grave que debería investigar un juzgado, con los testimonios y las pruebas oportunas. Delito tan grave como lo es la propia acusación, sin pruebas ni testigos, que se ha realizado. La difamación, sin pruebas, también es un delito. Para que quede más claro, si las amenazas tan graves como las que describen no se han producido, decir que sí y difundirlo a bombo y platillo es un acto constitutivo de delito, que también es sensible de las acciones penales pertinentes.
Imagino que el asunto se terminará aclarando, como ha ocurrido en otras cuantas ocasiones. Como también estoy seguro que no saldrá en portada de ningún periódico, ni abrirá la cabecera de ningún telediario. Confío en que el humo se disperse cuanto antes y que la ausencia de la bruma nos permita apreciar todos los límites. Que la situación no vuelva a repetirse. Si la gente de Podemos ha participado en estos actos no deben permanecer ahí, sean recién llegados o altos miembros de la dirección. De la misma forma que, si no ha sido más que un cuento chino, los miembros de la APM que han participado de ese comunicado, redactado y publicado con nocturnidad, cuanto menos sospechosa, abandonen sus puestos ya que no estarían haciendo ningún favor a su profesión.
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