La semana pasada se terminó el curso, bueno las clases que para el caso es lo mismo. Y no tendría de por si ninguna importancia si no fuera porque se han terminado las clases de Ingeniería Informática (así como de otras carreras) en la USAL, para siempre. A partir de ahora ya sólo queda el grado, y no se.. a mi no me inspira confianza.
Pero para mi tiene también importancia porque creo que habrá sido mi última clase universitaria. Antes quería hacer el Master y el doctorado, pero ya no. No voy a entrar en los detalles de mi decepción con la universidad en particular y con este país en general porque ya sabéis cuál es mi opinión, lo único que se ahora mismo es que se tendrían que dar muchas conjunciones de acontecimientos para que yo siguiera estudiando algo aquí.
Ese no era el tema de la entrada. El tema realmente era lo "buenos" que fueron el jueves y el viernes de la semana pasada para mi. Bueno, al menos hubo hechos para que yo los pueda considerar así. Ya sabéis que me contento con poquito.
El primero de esos hechos fue el 10 que saqué en una de las asignaturas de este cuatrimestre. Hizo que al volver a casa me sintiera poderoso, me sintiera bien. Sintiera alas a mi espalda capaces de elevarme y que me permitieran olvidar un poco todo lo malo que ocurre en el mundo. Es una tontería, una sensación probablemente egocéntrica y que dura pocos minutos, pero es agradable, al menos durante esos minutos no se siente la oscuridad del alma.
Y el viernes, bueno, mi alado ángel bajó de los cielos para alegrarme unos instantes la mañana. Por supuesto, tras esos instantes mi corazón saltaba de alegría y mi razón me decía lo estúpido que soy pero, como en el caso anterior al menos no se siente oscuridad, sólo radiante luz.
Y esto es lo que tenía que haberme limitado a escribir cuándo empecé la entrada, lo que pasa es que no la terminé en ese momento y eso nunca es buena señal. Han pasado más días, más horas y... estamos a final de mes. El nubarrón tampoco se ha olvidado de venir este mes de Mayo y no es muy agradable que digamos. Ahora mismo se me viene el mundo encima. Me abstraigo yendo a salvar Santuario, o rescatando bolitas rosadas en el Rayman Origins, así consigo fuerzas para estar en sociedad las horas obligatorias, pero la verdad es que no estoy para nada de eso.
El único beneficio es que las obligaciones no perdonan, y apremian en la cercanía. Presentar unas prácticas y hacer un examen me mantendrán la cabeza ocupada mientras pasa otro mes. El proyecto me ocupara todo el tiempo que tenga libre y eso... supongo que es bueno. Y entonces llegará Noviembre, con todas las implicaciones que ha de tener ese mes. Pero no adelantemos acontecimientos que nunca se me ha dado bien...
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