viernes, 13 de diciembre de 2013

Viernes trece sin sangre

Nunca he seguido "Cómo conocí a vuestra madre", y no porque no me parezca una serie interesante, de hecho me parece muy interesante. El problema es que siempre que he visto algo de ella ha sido por casualidad y siempre he terminado con la misma sensación de abatimiento, con la sensación de entender profundamente la mayoría de los monólogos de Ted.
Y se que está hecha así que, supongo, debe ser un personaje con el que todo el mundo se sienta identificado y todo eso. En parte creo que es lo que no quiero, fribolizar con esos pensamientos, que gente que nunca se ha acercado siquiera a sentir algo parecido "se sienta identificado". No se.
Hoy fue uno de esos días que pillé la serie por casualidad y me gustó mucho una escena, porque es algo que yo me llevo repitiendo ya un tiempo, y creo que lo habéis leído por aquí.


Siento la calidad, pero ha sido la única forma rápida de encontrarlo.

Llevo unos días que he recaído en mis peores estados de ánimo y una vez más he de hacer responsable a mi vida y a los acontecimientos que ocurren. Creo que debo ser el único que ha pedido una FPU tratando de poner la media "real" más baja que podía calcular. El único que no ha sentido un cosquilleo al dar su primer nombre a la tesis doctoral, tesis que, nunca verá la luz del día. Debo ser el único que ha pedido la beca rogando que haya algún error administrativo y no me la concedan o que haya suficientes personas por encima de mi...
Y es que ahora mismo esa decisión, y todo lo que implicaba, era motivo suficiente de preocupación, y me ha dado igual. Me ha dado completamente igual. Sólo he sido capaz de torturarme a mi mismo por otra decisión, la otra decisión, la que lamento aún cuando se puede cambiar. Aunque no tengo tan claro eso de que "se puede cambiar" porque hay cosas que me impiden cambiarla, de tal forma que hasta dudo que haya universos alternativos donde cambie de idea.
Ojala ocurriera lo que debe ocurrir para ese cambio. Ojala...
Hoy es viernes 13, quién sabe, igual sólo por llevarle la contraria al mundo, hoy es mi día de suerte.

4 comentarios:

Sara1_618 dijo...

En realidad el viernes 13 más que un día de mala suerte debería ser el día en que los 'malvados' puedan recibir su castigo, aunque sea en forma de maldición autocumplida. No sé si conocerás la historia de los últimos templarios y el viernes 13, pero es interesante.
Tal vez deberías empezar a lanzar maldiciones a diestro y siniestro. Por experiencia propia te diré que lo que se dice funcionar, funciona más bien poco. Pero después de soltar improperios contra el aire, el cielo y todo habitante que haya tenido la desgracia de pisar el globo terráqueo te sientes más tranquilo durante un rato.

twisen dijo...

No, no conocía la historia de los templarios. Si realmente escribo este tipo de tonterías porque necesito escribir algo xD, sacar algún pequeño hilo de mi cabeza.
¿Qué pasa cuando al único que maldecirías sería a ti mismo?

Sara1_618 dijo...

Siempre he pensado que lo de escribir las cosas que nos preocupan es una gran idea. Está claro que por escribirlas ni van a desaparecer ni van a dejar de preocuparnos, pero ya te obligas a ordenar y hacer una lista de lo que va mal o que puede mejorar
Lo de maldecirse a uno mismo... creo que en este mundo hay dos tipos de persona: los que sólo saben echar la culpa a los demás, sin aceptar nunca un fallo; y los que suelen perdonar a todos menos a sí mismos. El tercer tipo de personas que sabe cuándo tiene la culpa y cuándo la tienen los demás es una rara avis, pero alguna habrá.
Puedes optar por la fórmula mixta de maldecirte primero y perdonarte después =)

twisen dijo...

Yo creo que el tercer tipo de personas no es tan raro. Lo que pasa es que es más cómodo culparse a uno mismo que "montar pollos" que sabes que no llevan a ningún lado.
Culparte o maldecirte y perdonarte no tienen por qué ir de la mano. Sobre todo cuando eres consciente de que la próxima vez actuarás exactamente de la misma forma :S