Qué no sean cínicos por Dios. Se que esta semana estoy siendo demasiado recurrente con el tema griego pero bueno, es la actualidad ¿no? Hoy quiero dejar claro que mi parte de la deuda que tanto nos están diciendo los políticos, la podrían dar por condonada.
Estoy hasta las narices de oír que Grecia "nos debe" 26000 millones de euros. Y más aún estoy hasta los huevos de que utilicen esa afirmación para justificar que tenga que haber griegos muriéndose de hambre, viviendo como animales lo poco que les dejan vivir. Que así se justifique que no se tomen medidas sociales y que no se le devuelva la sanidad a la totalidad de los ciudadanos del país heleno.
Que así justifiquen un golpe de estado encubierto, para hacer fracasar un proyecto político que aún no se sabe si será o no beneficioso, si será o no un engaño, pero que hace temblar a los poderosos más que ninguna otra cosa en el mundo. Qué asco de políticos que merecerían pudrirse en la más absoluta soledad. No, merecerían sufrir las medias que imponen, antes de poder imponerlas.
Porque ahora resulta que Santa Esperanza Aguirre abre su noble bocaza y dice que en España, el país que más crece de la Unión Europea, no se han hecho recortes en sanidad y educación. Pues será en su hospital y colegio privados, porque en el resto...
Y que esa gente quiera llamar al odio contra otro país por una deuda, a todas luces ilegítima...
Pero bueno, lo más grave es que si nos vamos a los números crudos la realidad da aún más vergüenza ajena. 26000 millones de euros suena a una cifra muy elevada ¿cómo vamos a dejar que nos empobrezca tanto que "un fulano no quiera pagar sus deudas"? No lo voy a poner en el contexto de todas esas empresas PRIVADAS "demasiado grandes para caer". Sólo voy a hacer un cálculo muy simple 26000 millones de € / 47 millones de españoles =(aproximado) 550€ por español. Si, se que es aún más grave y que ninguno de nosotros va a ver, ni en sueños, esa cantidad en caso del pago de la deuda pero, en cualquier caso, yo por esa "irrisoria" cantidad no estoy dispuesto a tener sobre mi conciencia la desgracia de todo un pueblo así que "mi parte" la pueden considerar condonada, que yo no se la voy a exigir.
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