Hoy ha sido un día... quebradizo. Como el hielo que buscaba hacerme caer por la mañana. Que llamaba a actuar con cautela y no poner un pie en falso. Ha sido un día a medio camino entre la productividad y la ausencia de ella, en el que he hecho muchas cosas pero también he tenido grandes momentos de inevitable evasión.
Creo que es por culpa de mi retorno a la investigación más in silico. Como le comentaba el otro día a una compañera, esta tarea es muy ingrata, en contra de lo que pueda pensar la mayoría de los investigadores.
Hablo por mi experiencia en la bioinformática, no por la investigación in silico en general. Gracias a los ordenadores y a la programación uno es capaz de responder muchas preguntas en relativo poco tiempo, sobre todo si lo comparamos con el tiempo que se tarda en realizar un experimento biológico.
¿Cuál es el problema entonces? Responder muchas preguntas debería ser algo bueno. El principal problema es que la mayor parte de las preguntas que hagas, en cualquier investigación, no te lleva a ningún sitio. Cuando tardas una semana, o dos en responder una sola pregunta, te alegra el simple hecho de haberla respondido, de forma independiente al resultado final. Además, no puedes llevarte muchos chascos en un día.
Cuando puedes hacer decenas de preguntas en un solo día lo más normal es que te lleves decenas de decepciones en un solo día. Y eso en el día bueno en que puedas plantearte decenas de preguntas que ese es el trabajo más duro, pensar decenas de preguntas nuevas, interesantes, y que no se le hayan ocurrido ya a otras tantas personas.
En fin, que no había venido a quejarme, aunque haya podido parecer que si xD. Otro día volveré sobre el tema que ahora tengo mucho, pero que mucho sueño y mañana tengo que responder a la pregunta que se me acaba de ocurrir.
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