Hoy ha sido un día cansado, aunque no especialmente cansino. Tocaba volver al trabajo y... bueno, no ha sido tan horrible como esperaba, aunque si bastante estresante. Me he puesto al día con algunas cosas y he empezado a arrancar que, aunque cuando te vas parece que no va a ser así, siempre hay que volver a coger carrerilla al volver, y cuesta. A lo que no creo que me acostumbre fácilmente es a la nueva situación, pero bueno, la vida son cambios ¿no?
Por la tarde tocaba la típica cabalgata real que, para mi desgracia, ya se ha convertido en tradición y es obligatoria la asistencia. Un año más volví a tener la masa de tierra preparada para el personaje que se la merece y un año más volví a deducir que no iba a rebajarme a su nivel. Por lo demás, no ha estado mal, bastante reciclada, lo cual valoro positivamente, y las nuevas adquisiciones han sido interesantes. Se sigue notando la crisis en el reparto de caramelos.
Nótese que yo no soy de esos que van con el paraguas y a manos llenas quieren hacer acopio de azúcar cual Homer Simpson, pero me gusta comprobar cómo ha cambiado el reparto con la entrada de la crisis. Hace ya tiempo tiraban a manos llenas, kilos de caramelos, gominolas e incluso estuches (que a mi me tiraron uno a la capucha). Recientemente, por el contrario, son bastante más comedidos y en muchas carrozas los niños tiran de uno en uno (eso si, a dar, como siempre). No se, eso en parte también me parece bien, es volver un poco más austero el desfile para que así se pueda seguir celebrando año tras año y los niños puedan seguir disfrutándolo con ilusión.
Poco más puedo contaros, después de actuar de Rey Mago me voy a disfrutar del merecido descanso con la esperanza de que se acuerden, en algún momento, de lo que les pedí yo en la carta. Aunque, bueno, supongo que con dos nuevas citas y un paper maldito cuasi-aceptado tendría que darme por servido ¿no? :S
No hay comentarios:
Publicar un comentario