Es ciertamente curioso el efecto de escribir a estar horas. Durante el día, desde el mismo momento que termino la entrada del día anterior, se me ocurren varias entradas posibles, que me gustaría escribir, pero en cuanto me planto frente al post en blanco... es como si quitara el tapón del sumidero.
Sí, se que debería apuntarlas, pero no lo hago un poco aposta porque se que las cosas que apunto para escribir, terminan quedándose huérfanas de redacción y luego pesan sobre mi conciencia día tras día.
Para hoy, concretamente, creo que tenía unas reflexiones filosóficas sobre la vida, en todas sus formas, y sobre el tiempo. Claro que también tenía un par de citas o de canciones preparadas o incluso contaros algunas cosas del último juego en el que me he embarcado. Publicidad no remunerada de algún servicio web que me ha llamado la atención los últimos días o las últimas decisiones de la FIA...
De lo que no quería hablar hoy es de política, porque tengo la sensación de que me repito un poquito.
También es cierto que escribir por aquí sería más sencillo si pudiera, moralmente, aburriros día a días con mis análisis de datos, mi NGS y demás pensamientos que, por suerte o por desgracia, ocupan gran parte de mi tiempo de proceso. Sí, me estoy convirtiendo en un tío de lo más aburrido, y mira que nunca fui la alegría de la huerta, que digamos, pero bueno, así es la vida. Me voy a seguir leyendo un poco a Murakami que mañana es lunes y hay que volver al trabajo.
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