El Barrio del Oeste, en Salamanca, lleva unos cuantos años tratando de lavar su imagen de "mercado de la droga" para pasar a ser un referente artístico a nivel nacional. De momento va viento en popa y sus grafitis ya son conocidos en todas las redes sociales.
En la última ronda de actualizaciones se han lanzado a la escultura ecológica y han poblado el barrio de creaciones como la que encabeza la entrada (en cuanto a concepto no que haya copias de la misma),
Pero ¿y dónde está el incivismo? os preguntaréis. Pues muy sencillo, en que, esta escultura, cuando la plantaron, tenía tres paraguas (de Mortadelo y Filemón) adornando los carritos. Sólo unas horas después ya no quedaban más que dos. Pero es que, al día siguiente de que apareciera la obra, ya no quedaba ni un solo paraguas. Este tipo de cosas sólo pasan en España. ¿Cómo queremos que se nos considere civilizados si, en cuanto nos dan la ocasión, demostramos los valores que tenemos?
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