viernes, 15 de abril de 2011

¿Engaño?

Si, llevo unos días especialmente horrible. Entre los normales tocados de cojones de la vida (hoy especialmente) y lo otro... pero ¿qué coño le voy a hacer? Es lo que toca ¿no? Siempre tiene que sufrir alguien, y si es en silencio, como las hemorroides, pues mejor.
Pero bueno la cosa es que me siento engañado a más no poder. Y lo peor es que no puedo decir que no me lo esperara, es exactamente igual a como me lo imaginaba así que ¡Sorpresa! Todo hasta aquí ha sido duro, muy duro, no lo voy a negar. Pero ahora ya, al menos por mi parte estoy demasiado sobrepasado, ya no hay un lejano horizonte hacía donde apuntar, algún aliciente para seguir, o simplemente alguna posibilidad de mejora, ya no veo más.
Yo creo que he hecho todo lo que he podido, al menos que he podido dentro de mi introversión, se que no soy ni seré nunca una persona perfecta, ni por supuesto pretendo serlo pero bueno creo que de pocas cosas podría arrepentirme, no he sido tan... malo. ¿Me merezco todo esto? Supongo que si...
Hay determinadas decisiones que me he visto obligado a tomar en algunas circunstancias a lo largo de mi vida, pero creo que nunca he estado tan cerca de tomar esta pero cuando no puedes discernir a ciencia cierta si hay más ventajas o inconvenientes al tomarla o no hacerlo es que las cosas no van demasiado bien, y eso siendo bastante generoso.
¿Qué hago? Yo no puedo vivir así, no puedo seguir así más tiempo... La renuncia es muy grande y el beneficio realmente nulo (para mi la vida no es tan fácil como la pinta la gente) pero creo que sería la única forma de dejar de sentir que se están riendo cada segundo en que sea lo suficientemente importante como para que eso ocurra.
Supongo que seguiré como hasta ahora, sin poder pensar, sin poder levantar la cabeza ni hacer lo que realmente debo hacer, mis estudios y trabajos, con la música para tratar de no oírme durante un rato, leyendo para poder conciliar el sueño alguna hora y haciendo como que no pasa nada, con una ligera acritud hacia cualquier ser (vivo o muerto) de los que me rodean, que perfectamente puede ser achacada al nerviosismo y agobio del propio curso.

No hay comentarios: