domingo, 24 de abril de 2011

Vuelta a la cruda realidad, de una ostia

Siempre iluso, siempre tratando de hacer excepciones. Aunque en el fondo se que nada se va a arreglar, siempre acabo cayendo en los mismos errores. Y últimamente he cometido demasiados...
No puedo cambiar, no puedo. Lo he intentando y lo he vuelto a intentar una y otra vez. No se por qué es, soy hombre, los genes, la química, mi forma de ser... algo es, o un compendio de todo pero no puedo. No puedo soportar según que cosas y hacer como que no me pasa nada, no puedo.
No puedo obviarlo todo, siempre cuando hasta en los momentos de "tranquilidad" la vida no me da tregua.
No puedo seguir tirando de algo que no va a ninguna parte cuando soy el único que tira, o al menos al único que parece preocuparle. Yo no puedo vivir sólo de buenas palabras y buenas intenciones. El futuro es futuro, no se puede vivir en él. Lo que importa es lo que hacemos en el presente. No puedo soportar el tener buenas palabras y actos que no comprendo acompañados siempre de excusas.
Cuando las cosas no dejan de parecer lo que parecen, la navaja de Ockam nos dice que probablemente es que lo son.
No puedo vivir consolando mientras yo no encuentro consuelo ni en la oscuridad de la noche ni en la claridad del día. Yo no estoy hecho para estos "juegos", yo no se jugar y parece ser que no tengo el más mínimo interés en aprender.
A mucha gente le resulta muy sencillo lanzarse a jugar a todo esto, "vivir" lo llaman. No son capaces de entender nada fuera de su visión y de lo sencillo que es todo. Bueno pues yo tampoco, yo no veo nada sencillo. Yo no veo la diversión en el juego, sólo veo oscuridad.
Pero el problema de todo esto es que estaré así otras semanitas... llegarán 2 días y volveré a creermelo todo de color de rosa, y a confiar en un posible cambio. Y todo acabará y volveré a mi estado "normal". A consolar, a comerme la mierda mientras otros disfrutan de la felicidad.
¿Justicia kármica? Y una mierda, me dedico a solucionar la vida de los demás mientras la mía se emponzoña más y más cada vez. ¿Quién me va a sacar del lodo? Nadie, como siempre...

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