Esta tarde... esta tarde he resuelto un problema del trabajo que me llevaba dos semanas trayendo por el "camino de la amargura". Y no se, se supone que cuando pasa algo así deberías sentirte orgulloso y satisfecho... alegre... o algo así. Desde luego no se puede decir que la solución fuera sencilla, ya que era de lo más enrevesada. No se si será la Navidad, o alguna otra estupidez, pero la verdad es que de camino a casa no podía sentirme más que como una mierda.
Si que es cierto que de todos esos temas que tenía que priorizar y solucionar, éste era el que menos importante me resultaba, y eso que se supone que es mi obligación (laboral al menos) pero bueno... No se.
Ahora mismo estoy terminando de escuchar por primera vez "Tu mirada me hace grande" de Maldita Nerea, canción que he elegido en Youtube sólo por el título y es que me parece que últimamente los ojos, las miradas me dicen más de lo que me han dicho nunca.
De hecho yo antes no era capaz de fijarme en el color de los ojos de nadie. No me gustan estos cambios, cuando creo que me conozco un poquito, zas! se va todo a la mierda.
Diría que solo hay una cosa que me consuela, pero no es consuelo lo que obtengo... simplemente tranquiliza conocer la sensación, y eso es que estas dos semanas, al pensar en el "problema bioinformático" tenía una sensación muy similar a la que tengo al pensar en todas aquellas cosas que priorizaría por encima de todo. Y esa sensación es como si no estuviera preparado en ese momento para conocer la solución, como si mi cerebro me vetara de algún modo el acceso a la respuesta tan sencilla y tan compleja, tan cercana y tan lejana a la vez. Como esas veces que tienes una palabra "en la punta de la lengua" y no sale... un poco así.
Debéis pensar que ya estoy perdiendo definitivamente la cabeza, y no seré yo quien os quite la razón, supongo que todo sería más sencillo si eso ocurriera de una santa vez...
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