Puede que nadie lo haya notado, debido a que todo sigue aparentemente igual, la gente sigue siendo igual de estúpida, preocupándose de las mayores gilipolleces que se puedan pensar. Luce el sol y no ha habido catástrofes grandilocuentes que hayan actuado de purga con la humanidad.
Pero ¿sabéis qué? Ayer el mundo se terminó, a la hora exacta que se había predicho, pero eso no le importa a nadie.
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