domingo, 25 de diciembre de 2011

Y llega el gordo de rojo


Un año más, aquí estoy, en Nochebuena, a las tantas de la mañana, esperando para hacer de Papá Noel y poner los regalos junto al árbol. ¡Qué alegría! ¡Qué felicidad! ¡Qué espíritu navideño! ¿no? Si es así, ¿por qué me siento tan... tan... tan profundamente abatido?
La Nochebuena debe ser una noche de reunión, de tensa espera por parte de los niños y de sorpresa y alegría al ver los regalos. Supongo que debería dejar un sentimiento cálido en el corazón de las personas, o algo así. Pero para mi, cada año es más lejano ese sentimiento. Yo no me siento protegido, ni siento ese espíritu navideño dentro de mi que me impulse a derrochar una sonrisa o a estar alegre.
Realmente por la única que sigo un poco preocupado porque sea una noche, y posterior día medianamente feliz es por mi hermanita, que no tiene la culpa de nada y no me gustaría que perdiera la ilusión, aunque después de esta noche ya no creo que aguante mucho más.
Poner tu mismo los regalos tiene una parte buena, y es que siempre tienes la intención y la esperanza de ver la cara de ilusión por la mañana, de que puede que hayas hecho un poquito feliz a alguien, aunque sea muy poco tiempo. Y lo malo es que, yo al menos, sigo esperando aquello que pido todos los años.
Si, los regalos están bien, no los critico, ni la intención ni a quien los hace tampoco. Incluso se que lo que pido no es posible que me lo de ninguno de mis regalantes, porque ninguno de ellos tiene nada que ver. Pero eso no impide que me sienta vacío, que sienta que "me he portado mal" porque el gordo no me trae lo único que verdaderamente quiero.
Y sobre eso... bueno, supongo que en parte es culpa mía. No todo porque hay obstáculos que no dependen de mi y que aún así están pero si que en parte... no se puede decir que sea el mejor consiguiendo según qué cosas. Tengo la impresión de que la semana pasada he tirado más de una y más de dos oportunidades, pequeñas y sin apenas importancia, pero oportunidades al fin y al cabo. Y supongo que ahora mismo estoy tirando otra, no puedo estar seguro de que así sea, nunca podré estarlo, pero si que lo creo así.
En cualquier caso, aquello que pido... es precisamente para no tener que depender de mi mismo, porque se que si tengo que confiar en mi, fallaré estrepitosamente, no queda otra, no se actuar de otra forma :S.
Mañana se me pasará y volveré a fingir esa sonrisa estúpida. A que nadie note nada. Me pondré a hacer las prácticas que tengo que presentar y volveré a ser ese chico amable y preocupado por los demás, que felicita las pascuas y que trata de molestar lo menos posible. Pero esta noche no, esta noche me refugiaré en mi mismo, autocompadeciéndome de mi soledad, después de tratar de hacer sonreir un poquito a mi hermana pequeña. Me echaré en mi cama e intentaré fundirme con el universo, dejar de observarme y estar en todos los lugares del infinito cosmos al mismo tiempo... y en ninguno de ellos a la vez.

No hay comentarios: