sábado, 21 de abril de 2012

De cuando no funciona ni una llave de yudo a mi pobre corazón

Sus ojos
esa mirada capaz de desarmarme
capaz de hacer que el tiempo se detenga
que el exterior se difumine
que no tenga importancia.

Esa increíble conexión
al enlazarse nuestros iris
calma, acoge, abriga
pero también paraliza
y asusta.

Asustan las implicaciones
de mis pensamientos.
Asustan los sentimientos
que pueden desatar.

Pero no solo sus ojos
también sus labios
a través de los cuales
me fundiría en el más cálido sueño.

Su larga melena
en la que enredar mis dedos.
Sus manos
con las que jugar
tontamente.

Su nariz, sus mejillas, su cuello,
todo su cuerpo
el que me pasaría horas y horas
recorriendo con caricias
descubriendo sus secretos.

Y su mente
esa mente capaz de crear belleza con sus poesías.
Renunciaría a lo que fuera
porque esa mente orientara sus sinapsis hacia mí
un solo segundo.

Fascinante
tanto que me bloquea completamente
que no soy capaz de articular palabra
solamente esbozar una tímida sonrisa
con la que parecer tonto.

La eternidad pasaría
en un suspiro
si pudiera pasarla entera
admirando su belleza
escuchando sus palabras.

Pero un ser tan precioso
es, para alguien como yo
simple
y llanamente
inalcanzable.

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