Hoy ha sido una de las mejores tarde/noche de mi vida. Creo que solo hay un día que haya superado esto y fue cuando nació mi hermana. Y sólo habría una cosa que podría superar ambos días y creo que todo el mundo se hace una idea de qué es.
Pero ¿qué ha pasado? os preguntaréis. Pues me han ofrecido el trabajo de mis sueños, al que yo ya había renunciado dada la situación económica actual y, de repente, ha venido a mi. Esto me ha hecho creer, por primera vez, en que el Karma normal, no Antikarma, existe.
No quiero dar la presa por cazada, dado que hasta después de presentar el proyecto no hay nada seguro pero parece todo muy al alcance de la mano. Esto me da muchísimos ánimos para seguir con mi proyecto de fin de carrera a tope todo el verano, presentarlo en septiembre/octubre y recibir el doble premio.
Pero el día no habría sido lo que ha sido sin la celebración en compañía de tres de las personas más importantes de mi vida. Lo hemos pasado genial y, aunque hemos llegado un poco tarde para mi hermanita, que mañana tiene cole, un día es un día y creo que hoy se lo merecía.
Este año está siendo genial por muchos motivos y si, he tenido momentos de bajón, y los volveré a tener, pero si hago un balance, está siendo un año fantástico en todos los sentidos. Incluso estoy empezando a ver menos improbable cierto deseo que albergo en lo más profundo de mi corazón. Esta noticia que he recibido hoy, esta oferta, era imposible y ha ocurrido ¿por qué no podría ocurrir también eso otro? ¿Por qué no podría ser yo quien la hiciera feliz, quien hiciera latir su corazón con fuerza, resonando y haciendo que se sienta viva? Me da vértigo pensar que hubiera pasado si me la hubiera cruzado cuando me acababa de enterar de la noticia.
Ahora, la excitación va disminuyendo, y solo queda esa reconfortante sensación de paz, de felicidad por tener amigos que se alegran de lo bueno que te ocurre además de estar cuando lo necesitas. Hoy hay sido un día intenso y los días que vienen serán... otros días, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero ya sabéis que me gusta ser agradecido con la vida y con la gente y hoy se merecen mi más sincero agradecimiento ambos entes.
Para despedirme voy a dejaros con la última frase que leí ayer noche, frase que he pensado yo también, con esas mismas palabras que aparecen en el libro, que pienso cada vez que la tengo delante y que, por lo visto me ha dado suerte, espero que os la de también a vosotros:
Levanté la cabeza, la vi y lo único que pude pensar fue: es preciosa.
Preciosa.
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