"Pensando en mis cosas" valiente eufemismo. Es cierto que tener que utilizar el eufemismo ha sido el mejor momento en varios días, pero no me gusta maquillar la realidad y si no digo la frase real voy a explotar.
"Pensando en ti" eso es lo que estaba haciendo verdaderamente, y por eso no escuché su dulce llamada la primera vez que pronunció mi nombre. Es increíble lo irónica que es la vida, lo que le gusta al ojo cuántico hacer y deshacer a su antojo.
Ayer, buscándola por toda la cuidad, con la pequeña esperanza de encontrarla, sin éxito. Y hoy, a mis cosas, como cualquier día normal, de hecho más tarde que de costumbre, con la perspectiva de un día aburrido y monótono, sin motivación y que sólo sirviera para hundirme un poquito más en mi propio abatimiento, ese sueño hecho mujer ha aparecido en mi camino, me ha llamado y me ha permitido acompañarla hasta su examen.
¿Cómo no iba a ir con ella hasta la misma puerta? ¿Cómo venir a mi despacho, frío y solitario, pudiendo pasar unos segundos más a su lado? Claro que ahora mismo me planteo cosas que no he dicho y debería, claro que hay dudas sobre si pasearme dentro de un rato por los jardines de Anaya.
¿Por qué me ha marcado tanto ese roce con su mano? ¿Por qué no hago más que ver ese momento y su reacción? ¿Me quiere decir mi cerebro que ahí hay algo que interpretar? ¿o solamente estoy perdiendo la noción de la realidad? Ahora mismo no tengo respuesta a esas preguntas, lo único que se es que daría lo que hiciera falta por coger esa mano, por no dejar nunca de mirar sus preciosos ojos, por abrazarla sin miedo a perderla...
La enorme y apagada pantalla del Mac que tengo delante me devuelve mi propia imagen, sonriendo como un bobalicón, feliz de nuevo por unos instantes. Esta chica tiene poderes de Diosa sobre mi, de eso no hay ninguna duda.
Es irónico el hecho de que fuera pensando en consolarla y sea ella la que calma, acuna y revitaliza mi pequeño corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario