martes, 26 de junio de 2012

Segundos nocturnos en que todo lo demás desaparece

Hay veces que un rayo de ¿luna? es capaz de iluminar la noche más oscura. Es increíble como el hecho de encontrarte con alguien puede hacer que dejes de pensar en ese alguien durante los segundos que lo tienes delante y puedas disfrutar plenamente de ella. Aunque el resto del tiempo no hagas más que verla en tu cabeza, cuando el ojo cuántico (por no perder la tradición) te regala unos segundos de realidad te das cuenta que tu imaginación no llega, ni remotamente, a permitirte observar la décima parte de su belleza.
Aún con mi aspecto de persona pesimista, triste y oscura, de una manera extraña, siempre he creído en el amor. De hecho llegó un momento que me prohibí a mi mismo considerarme enamorado porque de pequeño creí estarlo en alguna ocasión, supongo que como autodefensa del oscuro mundo que me rodeaba o algo parecido, pero la cosa es que aquello sólo era curiosidad mezclada con el calor que sentía cuando una chica me dirigía la palabra. Era un acto tan extraño que mi subconsciente se obligaba a si mismo a fijarse ese objetivo de manera obsesiva. Esto tuvo su peor consecuencia en el mayor error de mi vida pero ya por esas fechas sabía que no estaba ni había estado verdaderamente enamorado nunca.
Pero yo, por mi aprecio por Disney y los libros de fantasía, sigo creyendo en el amor. Y ahora es todo tan similar a lo que narran las películas, los libros o los propios enamorados... que no se que pensar (bueno, en realidad si que lo se, lo tengo muy claro pero da mucho miedo). La forma tan sobrenatural en que el resto del mundo deja de tener la más mínima importancia cuando ella está delante. Esta noche, por ejemplo, a nuestro alrededor había otras 4 personas y con las 2 que iban con ella debí ser bastante... descortés. No a posta ni nada parecido, simplemente es que desapareció todo el universo que no éramos ella y yo.
La forma en que mi cerebro deja de responder, sólo puedo admirar su belleza, soñar esos cálidos besos que  saldrán de sus labios. Parecer tonto y quedarse sin palabras, sólo beber de las suyas, sediento, insaciable. Todas mis penas carecen de importancia, en esos instantes en que sus ojos me miran, en que sonríe hacía mi, solo una agradable felicidad es lo que puedo sentir. La manera en que logro contener mi propia sonrisa, esté como esté, si ella me mira consigue que sonría :-)
Hoy, desde luego, se me tiene que haber notado excesivamente. Se que en mis mensajes, en las diferentes redes sociales, soy muy claro. Aunque me corto mucho, el Tweet real que tenía preparado para publicar era algo como "Salir a dar un pequeño paseo nocturno y alegrarte el día con un ángel en patines :-)". En este blog soy directamente explícito. Hay gente que me echa la bronca por ser tan claro, pero es que no considero que sea nada malo, siempre que no le afecte negativamente a nadie, especialmente a Ella, no es nada malo y a mi, personalmente, no me importa que la gente lo sepa. Puede que incluso lo lea quien inspira estas palabras y con ello se desvelen mis cartas, pero vuelvo a decir que en mi interior se que esto que siento no es algo malo, no es algo de lo que deba avergonzarme ni mucho menos así que si eso ocurre no seré yo quien se arrepienta.
Y si no se lo digo a Ella, directamente, no es más que por miedos. Miedos de muchos tipos, miedo al rechazo, a perder la amistad que considero que tenemos, a que no lo vea con buenos ojos... pero también pánico a que me acepte y no estar a la altura, a no saber o poder hacerla feliz. Es un abrupto abismo y asusta desde arriba, porque lo que me hace sentir es más grande que cualquier cosa que haya sentido nunca.
Sería tan fácil mandarle un privado y sugerirle "dar un paseo" o "ir a tomar un helado" u ofrecerle mi hombro si lo necesitase. Pero el miedo a no ser lo que ella necesita, ni como amigo, ni como algo más, me detiene. Puede que algún día logre hacerlo, y entonces me deje de conjeturas pero de momento yo no puedo dar ese inocente primer paso. Puede que algún día mi autoestima me indique que alguien verdaderamente quiere que quede con ella, que disfruta de mi compañía, pero de momento yo me sigo considerando tan tremendamente pequeño que no puedo sugerir planes.

Y ahora me voy a soñar con... ¿para qué volverlo a decir? ¿verdad?

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