Sí, lo se, este blog parece, últimamente, un monográfico de lo mal considerados que estamos los bioinformáticos en la comunidad científica. Bueno, no es mala consideración en realidad, es más bien incomprensión hacia nuestro trabajo, esfuerzo y resultados. Algo que se traduce en unas muy malas condiciones profesionales que no llevan más que a un aumento de la necesidad de dejarlo y, por tanto, a que no haya bioinformáticos competentes que se mantengan mucho tiempo, con el deterioro que eso conlleva para las investigaciones.
Hasta ahora pensaba que era una impresión mía y de los colegas cercanos debido, probablemente, a la precaria situación de nuestro país y a lo que les cuesta a muchos jefes adaptarse a los cambios. Pero ayer me encontré en Nature con un artículo de opinión que hablaba precisamente de este problema y lo expresaba de una forma muy clara y correcta.
No puedo decir que me consuele, nunca he sido de los que piensan "Mal de muchos..." pero si que me gusta ver movimiento en ciertas partes de la comunidad científica que invitan al optimismo. No es que nadie se de cuenta de que la mayoría de los datos depositados en las bases de datos sean una mierda, que nadie vea que las conclusiones de muchos artículos no son reproducibles, o que nadie entienda la creciente importancia de la bioinformática en la investigación. Hay gente que si que ve todas estas cosas y pretende que cambien para hacer de la ciencia, nuevamente, algo en lo que se pueda confiar y que nos permita avanzar con seguridad y no teniendo que revisar cada una de las conclusiones en las que queremos basarnos.
Os dejo por aquí el enlace al artículo que, de verdad, me ha resultado muy interesante y os recomiendo su lectura: Core services: Reward bioinformaticians.
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