Hoy quiero hacer una reflexión sobre ISIS y su último ataque a la civilización. Me niego a decir a la civilización occidental porque considero que sus ataques son contra toda la cultura e historia mundial. Contra todo lo que somos como especie, desde que bajamos de los árboles hasta que hemos sido capaces de fotografiar la dualidad honda-partícula de la luz.
No voy a entrar en sus barbaridades contra otros seres humanos porque en lo injustificable de esas acciones estamos todos de acuerdo. Algún día se lo harán a algún pariente de algún dirigente mundial y entonces se les atacará con todo, hasta entonces los gobiernos no moverán un dedo. Bueno si, para recoger el sobre con los beneficios que la guerra lenta les proporciona.
Pero si hay algo que me ha dolido ver ha sido la destrucción sistemática que están llevando a cabo de las obras de arte con miles de años de antigüedad. Están logrando justificar el espolio al que se sometieron a todas esas tierras pero que, irónicamente, ahora están protegiendo ese legado. De hecho ahora mismo sería preferible sacar todas las obras de arte milenarias, restos de nuestra historia de países como Egipto y similares porque está claro que no están a salvo.
No logro entender por qué ese amor por la estupidez de la que hacen alarde los yihadistas. Sí, entiendo que quede muy bien ante unas cámaras el destruir los símbolos de todo aquello a lo que se quieren imponer. Muy bien, Pero ¿la historia? Sólo personas muy ignorantes son capaces de creer que no tiene valor y que no es más que un símbolo.
Lo más gracioso es que sus dirigentes, seguro, saben que no tienen ninguna posibilidad de victoria. Que nunca podrían imponer sus "creencias" (si es que a lo que hacen se puede llamar creencia). Que la propia historia se echará sobre ellos y los aplastará como a cucarachas. Sólo espero que, para entonces, no hayan destruido nada más...
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